El municipio se alía con Gibraltar y un influyente empresario del sector tecnológico para situarse en la vanguardia internacional
Carlos Moreira (1958) estaba zapeando en Netflix cuando encontró un documental sobre su pueblo: ‘La Línea, la sombra del narco’. La miniserie mostraba La Línea de la Concepción (Cádiz) como la capital del narcotráfico, el libertinaje y el vandalismo. “Hablaban de que era el pueblo más feo de Europa, la ciudad más peligrosa… Me chocó muchísimo la visión que se trasladaba”, recuerda el CEO de Wisekey, empresa suiza de referencia en el sector de la ciberseguridad. Aquel documental, contra el que los vecinos recogieron firmas para su retirada, concienció a este linense sobre la necesidad de cambiar la imagen del lugar desde el que emigró siendo un adolescente.
Con una destacada trayectoria internacional a sus espaldas, Moreira fue el responsable de telecomunicaciones, investigación y otras áreas de desarrollo tecnológico en la ONU. Durante 15 años, aprovechó la llegada de Internet para impulsar proyectos que transformaron ciudades y países en desarrollo. También fundó Wisekey, que hoy cotiza en Nasdaq, y fue vicepresidente de Málaga Valley, el parque tecnológico que ha atraído a empresas como Google o Vodafone.
“Las malas noticias del desempleo y el narcotráfico desacreditaban a la ciudad y hacía imposible hacerla atractiva para los inversores. Había que hacer algo”, cuenta Moreira, quien decidió contactar con el alcalde, Juan Franco. “Tras ver el documental él estaba indignado y quería cambiar la configuración física y sociológica del municipio”, recuerda el primer edil de la formación localista La Línea 100×100.
Moreira propuso aprovechar su influencia para crear en La Línea uno de los primeros centros de excelencia para la cuarta revolución industrial. “Son centros en los que convergen las tecnologías y permiten a las empresas utilizar la Inteligencia Artificial, el Blockchain, la tecnología Quantum, la ciberseguridad o el Internet de las cosas e integrarlas en proyectos de desarrollo e investigación”, explica Moreira.
El objetivo es convertir a La Línea en un centro de intercambio de conocimientos y conectarla con iniciativas similares que se están desarrollando en Singapur, China, India o Silicon Valley. Crear un ecosistema de empresas e investigación tecnológica para que el municipio pueda situarse a la vanguardia subiéndose a la ola de la cuarta revolución industrial. “Es como si en 1990 nos hubieran dicho que en 15 años habría algo que se llamaría Internet y que, a través del ordenador, tendríamos una ventana abierta al mundo”, explica el alcalde, que se ha apuntado a un curso para formarse en la materia.
Acuerdo con Gibraltar
Aquello situaría a La Línea en el mapa internacional y permitiría cambiar la realidad de la ciudad en pocos años. Pero, ¿es posible hacerlo en una localidad sin industria, con los dos barrios más pobres y la mayor tasa de desempleo de toda la provincia (35,7%, cinco puntos por encima que el segundo municipio en el ránking) y sin conexiones a los grandes centros y las capitales –Málaga se encuentra a 130 km y su capital de provincia, Cádiz, a 115-?
“Está claro que La Línea no tiene capacidad para convertirse rápidamente en ese centro tecnológico, pero por eso integramos a Gibraltar”, responde Moreira. La colonia británica es toda una potencia en el sector del blockchain y cuenta con alguno de los principales bancos de criptomonedas a nivel internacional. También es la sede de algunas de las principales empresas de juego on line. En un viraje hacia la economía digital, hace años que reconvirtió los búnkers militares de la II Guerra Mundial en bases de datos con un “enorme poder computacional”: “Si hubiera que crearlos de cero supondría una inversión millonaria”.
El contacto surgió en el momento de mayor dificultad para las relaciones entre España y Reino Unido. El Brexit obstaculizaba la relación entre ambos enclaves, con consecuencias económicas a un lado y otro de la verja. “Ambas ciudades necesitan reinventarse y la visión tecnológica puede volver a unirles”, cuenta Moreira, quien recuerda que todo “será más fácil gracias al metaverso”, un mundo digital que permite a las empresas de ambos enclaves trabajar conjuntamente sin necesidad de un espacio físico común.
Moreira aprovechó sus contactos en Suiza para encontrarse con Fabian Picardo, el ministro principal de Gibraltar. El objetivo era convencerle para crear un centro de excelencia e innovación con sede en La Línea y con la participación de la colonia británica. “Ser pragmáticos en una mediación sin frenos políticos”. Y consiguió su apoyo. “A Gibraltar también le interesa porque recuperaría la posibilidad de trabajar con España y con Europa”, cuenta.
Talento joven y local
Sentadas las bases, el proyecto necesitaba atraer talento, aunque no hubo que buscar muy lejos: contactaron con Julián Fernández, un linense que a sus 19 años es considerado como uno de los 30 jóvenes -menores de 30 años- con mayor potencial del país, según Forbes. Fernández lanzó a los 16 el primer picosatélite –satélites del tamaño de un móvil- español y fundó FOSSA Systems, una startup que pretende democratizar el uso del Internet de las Cosas con el desarrollo de satélites de bajo coste.
Wisekey invirtió en FOSSA Systems, que se ha consolidado como empresa y unido en un mismo proyecto a La Línea y a Elon Musk. Tras un acuerdo con Space X, entre 2022 y 2023 se lanzarán 88 satélites –ya hay 16 en órbita- que son controlados desde una antena instalada en la azotea del Ayuntamiento de La Línea. El Internet de las Cosas, uno de los sectores tecnológicos con mayor potencial de futuro, permite integrar la tecnología en los objetos para que se vuelvan inteligentes.
“El objetivo del centro para la cuarta revolución industrial es permitir que La Línea se convierta en un punto de conexión importante para el despliegue y la comunicación de satélites de ciberseguridad IoT. El mercado de los pico y nanosatélites está creciendo enormemente y derivará en un aumento de la mano de obra cualificada y de proyectos altamente tecnológicos en la zona”, apunta el joven linense Julián Fernández.
Con la puesta en marcha del primer proyecto y tras establecer las sinergias con Gibraltar, se lanzó el Centro de Excelencia en metaverso. Ya hay varias empresas integradas en la plataforma llg4ir.com, donde se pretende conformar un hub o ecosistema empresarial conectado con otros centros internacionales para intercambiar información. El de La Línea tendría una clara especialización en satélites y ciberseguridad, además de las aportaciones de las empresas de Gibraltar.
El siguiente paso sería atraer a las grandes multinacionales: Moreira ha iniciado una campaña de difusión y presentará el proyecto de La Línea y Gibraltar en una conferencia en el Foro Económico Mundial de Davos. Él es uno de los organizadores de este encuentro, que reunirá en unas semanas a líderes de empresas, gobiernos y organizaciones de todo el mundo.
“La idea es trabajar primero en metaverso porque todas las empresas giran hacia ahí. El modelo de centros tecnológicos de los 2000, con parques y grandes inversiones en infraestructuras, se ha quedado atrás. Hoy los nuevos modelos son muy dinámicos, casi de universidades y laboratorios, y no son empresas que se instalan para vender un producto, sino zonas de investigación donde se desarrolla la economía del futuro. Queremos tener primero la voluntad real de trabajar, asentar ese ecosistema de empresas, y luego usar el suelo que existe en La Línea para la sede física”, explica Moreira.
Impacto en la ciudad
El Ayuntamiento ya trabaja en el nuevo PGOU, donde se incluirá el Centro de Excelencia para la cuarta revolución industrial junto al recinto ferial. El alcalde, Juan Franco, es consciente de que se trata de un proyecto “a largo plazo”, aunque asegura tener “la escopeta cargada” para cuando surjan oportunidades de financiación en las líneas de fondos europeos. De momento, ha firmado un memorándum de entendimiento con Wisekey.
“Nuestra idea es que todo esto revierta en el municipio y los linenses puedan quedarse a trabajar en su ciudad”, explica Franco, quien ya pretende consolidar en La Línea líneas de Formación Profesional y estudios universitarios relacionados con las telecomunicaciones. Además, ya hay un acuerdo vigente con un instituto de ciberseguridad de Gibraltar que ofertará una línea de formación en español.
Moreira, convencido del valor geoestratégico de su tierra por su conexión con Gibraltar y su cercanía con África, reflexiona sobre las “razones históricas” por las que La Línea no ha exprimido su potencial. “La Línea es el único sitio de Europa con un gueto con vistas al mar. Hay que pensar que 30 kilómetros más allá, en Sotogrande, una casa puede valer 20 millones de euros. En La Línea faltó planificación y se cometieron grandes errores que empobrecieron al pueblo”, apunta: “Hoy costaría mucho trabajo rectificarlos con las inversiones tradicionales –turismo, hoteles, construcción…-, algo que tampoco sería sostenible ni aceptable. Pero tenemos las posibilidades que aporta el metaverso para asentar un proyecto con visión para los próximos 50 años. La Línea puede pasar de ser considerado el pueblo más feo de Europa, como decía el documental de Netflix, a la vanguardia internacional. Ese es el objetivo”.
Franco, alcalde localista que en los últimos años ha reclamado una mayor financiación e incluso la condición de ciudad autónoma por su situación de singularidad, le ha puesto la alfombra roja. “No sé cuántos puestos de trabajo se crearán, pero estamos dando los primeros pasos para tener un ecosistema adecuado y adaptarnos a la transformación que está por venir. (…) Hay vecinos que me han parado y me han dicho: ‘No tengo ni idea de lo que estáis haciendo, pero al menos La Línea sale en los medios por algo positivo’”, explica el primer edil, convencido de que el centro tecnológico “marcará el futuro de la ciudad”.